El cañón del Sil en el circuito gallego de vuelos
El cañón del Sil ofrece unas condiciones inmejorables para los vuelos en parapente. Los aficionados a este deporte de aventura se percataron de ello y comienzan a sobrevolarlo desde un improvisado punto de despegue en el Alto do Coto, la parte menos conocida del desfiladero que talla el río a su paso por la Ribeira Sacra.
El Ayuntamiento de Ribas de Sil toma nota del creciente número de vuelos y acondicionará la zona de despegue. «É unha inversión moi pequena en comparación coas vantaxes que nos pode reportar», apunta el concejal Roberto Casto. La memoria de las actuaciones que se van a llevar a cabo contempla el desbroce y la explanación del terreno desde el que despegan los parapentes. También está previsto instalar una pequeña estación meteorológica que informe a los aficionados de si se dan o no las condiciones adecuadas para emprender vuelo.
A 2.000 metros de altura
La elección del Alto do Coto para los despegues se debe a las condiciones que ofrece para esta práctica. «Pódense alcanzar con facilidade alturas de 2.000 metros e xa houbo quen fixo voos de máis de tres horas nesa parte do canón do Sil», explica Ferreiro.
Para esta asociación, los vuelos en parapente son también una forma de promocionar la zona en la que se llevan a cabo. A las inmediaciones del Alto do Coto no le faltan atractivos: los bosques centenarios de Torbeo, los viñedos en bancales de Vilachá de Salvadur, el meandro de A Covela... Un paisaje no menos espectacular que el de Doade, pero menos conocido por la paralización de las rutas en catamarán desde el club náutico de Augas Mestas.
La planicie de Torbeo, y en caso de necesidad el entorno de A Covela, son los puntos de aterrizaje habituales para estos vuelos. «Polo momento, por sorte, prados aínda quedan bastantes», dice Antonio Ferreiro con un punto de retranca.
Fuente: La Voz de Galicia; Club Troglobios
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